RETO MODULO 1
DESIGUALDAD DE GÉNERO EN EL MUNDO RURAL
La mujer en el entorno rural, sigue estando infravalorada y tratada como ciudadana de segunda, invisible a los ojos de nuestra estructura social, sufriendo una doble discriminación por ser mujer y por ser rural.
Su singularidad y su desarrollo integral están condicionados por una serie de desigualdades estructurales presentes en casi todas las sociedades capitalistas y patriarcales, desigualdades discriminatorias que persisten con más intensidad en las zonas rurales.
Las condiciones de vida características de las regiones de montaña y normalmente poco pobladas fomentan la perdurabilidad de la brecha de género, pues las mujeres que habitan en estos territorios se ven afectadas por la falta de empleo cualificado, la masculinización de la actividad agraria, la falta de servicios sociales, los problemas de movilidad y la tradicional feminización de los cuidados, características que suponen el mantenimiento de la brecha de género.
Las mujeres rurales son las encargadas de garantizar la educación y los cuidados, son productoras, participan de los procesos de producción al igual que los hombres, pero sin embargo se las sigue tratando con inferioridad, como ciudadanas de segunda, infrarrepresentadas en los espacios políticos y económicos de toma de decisiones. Gran parte del trabajo y de las funciones que desarrollan las mujeres rurales no son consideradas como tal, sino como una ayuda, como actividades invisibles o como funciones innatas.
Pese a todo el trabajo que todavía queda por hacer en materia de igualdad de género en el medio rural, debemos romper una lanza a favor de todas las fortalezas y posibilidades que el modelo rural ofrece a las mujeres que residen y se desarrollan en estos territorios.
La primera fortaleza con la que cuenta el medio rural es el predominio del cooperativismo, la solidaridad y el apoyo vecinal. En una sociedad globalizada que se rige por el individualismo y la inmediatez es necesario cuidar los valores de comunidad que aún existen en el entorno rural. Sea cual sea la causa, supervivencia, tradición o empatía, en los pueblos existe un sentimiento de grupo y pertenencia que facilita el intercambio de saberes y de ayudas. En las grandes urbes puedes cruzarte al día con cientos de personas y sentirte sola/o, en cambio, en zonas rurales en las que apenas viven una veintena de personas siempre sabes a que puerta tocar en busca de apoyo, y es que cuanto más pequeña es la comunidad, más vínculos se crean entre sus habitantes. Esta es la mejor arma para hacer frente al abandono institucional.
Por otro lado, hay que mencionar el surgimiento de los proyectos de repoblación como una oportunidad tanto para las mujeres como para el propio medio rural. Estas iniciativas ofrecen ayudas de acceso a la vivienda con el fin de luchar contra la despoblación y lograr dinamizar estos territorios. Se trata de una gran oportunidad para aquellas mujeres con familia que malviven en la ciudad sufriendo precariedad económica, pues encuentran viviendas más asequibles, mejores condiciones para subsistir, mayor calidad de vida para ellas y para sus familias, sus hijas e hijos tienen la oportunidad de desarrollarse en un medio con más libertad y en contacto con la naturaleza y, además, de estas iniciativas suelen derivase también puestos de trabajo y oportunidades para emprender.
Por otro lado, también es una oportunidad para la llegada al medio rural de otra tipología de mujeres, mujeres emprendedoras que deciden desarrollar sus proyectos en estos entornos para poder compaginarlos con una vida más autónoma, ecológica y sostenible. Sea cual sea la causa, ambos tipos de mujeres se benefician del medio rural y este de ellas, pues su llegada y arraigo favorece la repoblación del territorio, el flujo económico, el desarrollo sostenible y la pervivencia de la ruralidad.
Enlace a la noticia:
https://www.mapa.gob.es/es/desarrollo-rural/temas/igualdad_genero_y_des_sostenible/diagnostico/
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